martes, 9 de marzo de 2010

4 Poemas de Manuel Parra Aguilar

Corazón contento


Desde la capital
la guillette descansa en el bolso de piel de avestruz
de la florista.

Debe ser mediodía
pues una mancha de sol delta el brillo de la navaja.

El coche avanza
hasta llegar a la garita.


*

El frío entra por los pies y la cabeza.
Quiero una manta para cubrirme la cara.

Si resucitamos
podré estarme tranquilo
dibujando mi pie en la tierra.

Como en el pueblo en el que crecí y ya no existe,
pero es un pueblo hermoso todavía.

Purrum Purrum Pumm Pumm se oye un tambor lejano.
Purrum Purrum Pumm Pumm es un tambor excesivamente lejano.



Truena no huele

En la casa de los hombres
el juego consiste en no dejarse convencer.

Los polvitos de cristal y erytroxilon de nueva cuenta
se pierden debajo de la mesa.

Antes de que venga la resaca o la policía
una risa idiota lastima y deja cicatriz.

¡La policía! ¡La policía!



Siempre potrito


Quis furor iste nouus?
Virgilio


El enanito
sabía de memoria
el nombre de cada calle de esta ciudad,
incluso en los días de neblina
–que es la mayor de las veces.

¿Qué fue de tu amiga la cojita,
ahora casada?
Su amiga no tolera la lactosa, pero le gusta la nieve de vainilla, mira usted si yo lo sabré.

No exagero si digo que al enanito
le faltaba poco menos que un mes para cumplir los 25.

jueves, 4 de marzo de 2010

Sueños Huérfanos de Salamandras Fénix

Poemas de Ángel Márquez Jaime

Epitafio para una Salamandra

Gracias a Bruno y Raúl

Por tener la confianza

Que yo nunca tuve

Y pensar que todo fue un sueño…

Que esos zapatos se quedaron sin dueño

Que correría al infinito y que al infinito nunca llegaré

Aunque después de todo es normal

Es normal que pasara con tres más equis anfibios

Con dos yo y signos de interrogación en cada extremo

Un cómico y un trágico e infinitos otros

Como palabras encriptadas y túneles separados nunca perpendiculares

O como péndulos sin gravedad y sin compás cronológico

Era normal que pasara

Que todo flotara a la inmortalidad eternamente consecuente

En regalados atardeceres ingenuos enmascaradores

Parques soñados pero sueños al fin y al cabo

¿Cuándo un sueño es mentira? Sueño realidad nunca es

Sueño por lo tanto falso nace ¿Termina cuándo se acaba el café?

Era normal que muriera al nacer la realidad ¿Y quién murió? Nunca asistí a ningún velorio

¡Pero por supuesto!

Murió en mí el reptil imperecedero pero imaginar una salamandra fénix…

Sería mitológicamente paradójico aunque sí fue un ocaso místico

Fue una maravillosa mascarada y una velada fantástica

Llena de fantasmagóricas libertades de ser

Fantasmagorías

Fantasías ¡Era normal!

Y es tan normal que ahora esté condenado a vivir sin contracciones devastadoras

De sentimientos extensos en noches de angustiosas ansiedades

Normal sería que olvidara sus frenéticos espasmos respiratorios

En suaves segundos de piel recorrida a velocidades suicidas por enardecidas carreteras

Y que ante el templo de los fantasmas huérfanos cometiera el sacrilegio de extrañarla

Para entonces sí sufrir la temible condena y la furia de quienes me encomiendan

Ganando un día alucinado de carnaval y arrastrar con todo un año cruento

Para que hasta la luna sea nueva durante trece meses sin parar

Y entonces sí dejar de sentirme acompañado en soledad y recordar cuando reiría conmigo

Por una catástrofe de inhumanas matanzas cinematográficas

Y en lugar de eso comer tres platos de orgullo

Sin agradecimientos ni reciprocidades como condimentos

Sin poder saborear esas divertidas pastas montaña rusa que tienen por salsa

La exquisita cualidad de sube y baja

Pero no nos engañemos

La situación es más fácil aún

Hay que tener razonamiento de témpano de polo sur

Y entonces causalificar estas letras huérfanas que me atacan y se juntan en palabras

Palabras que se indignan si no las saco a pasear

Y cómo no atacarme por todos los flancos del frente del fuerte

Cuando entregué mi tierra y mi tumba y mi trascendencia

Entregué hasta mi cráneo y mi esqueleto

Inocente víctima circunstancial que pobremente como linyera

Se duerme en el frío colchón del motel que le recuerda que

¿Afortunadamente?

No será la primera ni la última

Fortuna desgraciada que ojalá tuviera horario de consultorio

De nueve a tres o de tres a ocho como más nos convenga

Y pensar que cuando estoy a punto de tomar una decisión absoluta

Como tomar un helado de fresa o un café en Mérida a las dos de la tarde

Esa Fortuna me embista

Y llegue la mirada matadora al ruedo y ¡Olé! que el cinturón me suba hasta la garganta

Y desde luego estar dispuesto a conocer y al conocer querer y amarla por conocerla

Y querer no sólo por el verbo obvio sino querer y querer recuperar

Lo que por derecho me pertenece en ella

Algo que es muy mío y que la engrandece la enaltece

¡A su excelentísima!

Algo que es suyo y que me empobrece para sólo vivir de sobras en las sombras de su caridad

Esa esencia húmica en la mirada carnada que me deja boqueando fuera del agua

Esa mirada que no es pero que está porque la siento

En la espina desbocándome la lengua y los labios desde lo más profundo de mi prisión carnal

Es natural

Es natural que de una cara se formen mil rostros y piense que pueda abarcarlos a todos

Es normal que me sienta toro medieval esperando la estocada final

Porque después de soñar en círculos la misma corrida cíclica

Será normal que me sienta Hansel o Gretel

Recogiendo los sueños como migajas de pan buscando el camino a casa

Mi casa de caramelo donde la bruja me espera

Pero que no sabe que esta vez

Yo estoy despierto


Punto Destino

Que el punto caiga

Que se entierre

Que se expanda

Por la tierra con raíces

Por el agua con manantiales

Llegar al cielo

Que lo abarque todo

Con palabras voladas

Con frases clandestinas

Con párrafos coloquiales

Que lo cubra todo

Que me ataque en sueños

Me tomó desprevenido

Me tomó por completo

Me enseñó que ese punto es destino

Ese punto es final

Todo va y todo se menciona

Pero todo cae

En el punto final.

lunes, 1 de marzo de 2010

Selección poética de Ángel Cabeza

Angel Cabeza es poeta y cronista, autor de los libros A Beleza do Feio, Vidro de Guardados, crónicas y poemas. Estudió Letras y nació en Brasil, Río de Janeiro. Publica artículos, poemas, entrevistas y crónicas en webs, revistas electrónicas, periódicos, y en su blog personal, www.angelcabezza.blogspot.com. Hizo el preámbulo del libro de crónicas Novas Histórias da Velha Lapa, del cineasta, maestro y compositor de Daniela Mercury, Dudu Fagundes y forma parte de la 10ª antologia Panel Brasileño de Nuevos Talentos por la CBJE. Posee textos en las revistas Bula, Famigerado, Casa da Cultura, Projeto Identidade, Simplicíssimo, Capitu (entrevista), Po&siarte (entevista), MeioTom, Revista Cultural Novitas, Telescópio Negro, Portal Literal, Jornal Ganesha, Jornal Prisma, Jornal Objetiva em Foco, Jornal de Poesia, entre otros.


Bossa Nova

Nada es tan lindo cuánto el dolor ajeno.
El hombre que sufre, dejado por la mujer,
es señal de fuerza, de romanticismo.
Pero nadie menciona el tema de la mujer
que jamás dejó el hombre,
que lo cuidó como a su hijo,
que soportó intemperies por un amor de princesa
y padeció sola al final de la historia.
Esa es la verdadera virgem de los ojos santos.
Pero nadie toca en el asunto de la mujer
que jamás dejó el hombre,
aquella que, tímida en el rincón,
vio el urgir de su vida
limitada a los desencantos.
Nadie toca en el asunto de la mujer.
Nadie.
Todas las virgens se hacen impuras a los
ojos ciegos de los santos de arcilla.



Homenaje a Pixinguinha

Es en el lloro,
en el llorito aguado
de la vitrola antigua,
que mi alma
lava sus olvidos.



Quisiera ser un sabio

Quisiera ser un sabio,
pero no me fue conferido
el don del conocimiento universal de las cosas.
Fui laureado con la dádiva de la visión ínfima,
aquella que ilumina los primeros granos de arena.
Así como Einstein,Copérnico, Freud,
que también fueron de los que recibieron
sólo el mirar recto, me interesé
por las pequeñezas y por la restricción.
Quizas por eso cada trazo, cada pensamiento,
ultrapase la línea del sueño.
No me fue entregue la sabiduría
de las grandes cosas y su enorme universo.
Al contrario, me fue dado el don del mirar oblicuo
del camaleón y la visión noble del desapercebido




Explicación de la elección

Es como un par de zapatos viejos
que usted no quiere quitárselos.
Los otros miran, se extrañan
y usted continúa con ellos por hacer parte
del cuerpo, ablandados por los caminos.

La poesía calza las palabras.




Poema para la eternidad

Hace ocho años
que nos conocimos.
Pasamos noches de amores en claro
Miramos el poner del sol
andamos por las plazas al caer de la luna
esperando por los carritos.
Creamos la prole dentro de nuestro seno.
También peleamos y
discutimos gansadas, llanezas.
La mayoría de las veces
usted venció o me dejé ser vencido.
Nada que un halago no resolviera.
Pero un día ninguno de nosotros vencerá.
Olvidaremos los hoteles
las plazas
las mañanas de nubes
y las noches en los restaurantes.
Llegará el día en que de mí y de ti
sólo restarán los recuerdos de los ojos
y de las sonrisas.
Y eso bastará para que hayamos anunciado
el inicio del sentimiento eterno.




Para David Foster Wallace

Aunque yo diga que
deseara haber nacido el siglo diecinueve
o un poco mas allá
me felicito por haber vivido un
siglo de libertad.
Muchos se suicidaron o fueron
callados por un aire de depresión.
Nací en Brasil lleno de glorias.
Hubiera nacido en otro país
tal vez también me callara.
Pero acá tengo la extraña
mania de acosar esperanzas.




Extraños conocidos

Tras cuarenta años
volcar para el lado derecho de la cama
y ver una otra persona
que no aquella conocida.
Caminar hacia el espejo
y reconocer un otro rostro.
Y no hay más nada a hacer
que no sonreír.
Todos serán siempre otros
siendo los mismos.
Y eso tal vez sea lo más interesante
–tolerar extraños conocidos.

Poema de Marisela Ríos